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martes, 17 de julio de 2012


UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO,
NI UNA SOLA VIRTUD BIENAVENTURADO.
(ANÓNIMO)

He aquí otros dos momentos de la representación del Anfitrión, de Plauto (eso sí, insisto, visto desde nuestra perspectiva, es decir, poniéndolo "patas arriba").

De hecho, estas dos imágenes pertenecen al acto II que, en su texto original, consistía en un enfrentamiento (con tortazos e insultos incluidos), junto a la puerta de la morada de Anfritrión en la ciudad de Tebas, entre el esclavo Sosias y el dios Mercurio (que se hace pasar por él). Y es en este momento cuando hay que poner la mente a trabajar y, dado que la obra fuente sólo constaba de ocho personajes y nuestro elenco de veinte, me decidí por crear a dos esclavos (en este caso esclavas) más para la casa de Anfitrión: las pérfidas Medusa y Gorgona, bautizadas de forma muy mitológica ellas.

Pues esto recogen las fotografías: la primera, el momento en que, recién llegados a Tebas, Sosias (Nathan Pajares) comenta cómo va a contar a su ama Alcmena la victoria de Anfritrión sobre sus enemigos, para lo que se vale de la ayuda de Gorgona (Eva María Márquez) y Medusa (Carla Muñoz); y la segunda, un instante (previo sopapo) de la esencia de este acto: el cara a cara entre Sosias y Mercurio (Antonio Rodríguez).

No puedo dejar de mencionar que, por un reajuste de última hora, Nathan debió asumir el papel de Sosias y el suyo propio (el del también inventado esclavo Aristo, que como tal desapareció de la obra). La fortuna quiso que el primer Sosias (Juanjo Morales) se diera de baja por motivos médicos y, valientemente, Nathan aceptó el reto con apenas un mes por delante antes del estreno. Y, finalmente, sobre el escenario, contemplamos a un magnífico Sosias. Todo un enorme descubrimiento el actor Nathan Pajares.

No me enrollo más. En la próxima entrada, escenas del acto III.

¡Hasta pronto! 

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