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lunes, 1 de junio de 2015

EL HOMBRE NUCA SABE DE LO QUE ES CAPAZ
HASTA QUE LO INTENTA.
(CHARLES DICKENS)


Como os comentábamos en la anterior entrada, el pasado miércoles 27 de mayo, la alumna Mercedes Linares Rodríguez, acompañada de su madre y de su hermana, acudió a la entrega de los premios de la 55ª Edición de Jóvenes Talentos de relato corto, que organiza la empresa Coca-Cola. También estaban allí su profesora de Lengua (doña Mercedes Álvarez), el Jefe del Departamento de Lengua (don Antonio Valero) y el director del centro (con Juan Antonio Torres).

La alegría se desbordó cuando se comunicó la noticia de que nuestra representante ocupaba uno de los primeros puestos entre todos los participantes en la fase provincial de Granada. ¡Muchísimas felicidades!

Aquí os dejamos el relato ganador:

   Todo sucedía hace unos años. De pequeña, no había día en que no me cayera, que no llorara por algo. Todas mis muñecas las estropeaba. Y hasta sólo andando me caía: cuando cogía los patines, cuando corría, siempre me caía. Pero supongo que es normal, pues en aquel tiempo siempre estaba moviéndome y como que era un poquito torpe… 
   Todas mis preocupaciones eran mis muñecas, que en esos libros de colorear, de dibujitos, no nos saliéramos de las líneas, tener los “mejores” juguetes, ir al parque con nuestras amigas -con eso ya te creías “mayor”-. No nos preocupaba la vestimenta que llevábamos, ni las zapatillas, ni el peinado... Nos daba igual todo menos nuestros juguetes, salir al parque y que no viniera “la bruja” a por nosotros cuando éramos malos o no hacíamos caso. 
   También me acuerdo de cuando nos portábamos mal y hasta nuestra madre nos hacía el chantaje de no llevarnos a las colchonetas… Lo que a mí más rabia me daba era cuando mi hermana mayor salía por la tarde o se iba de fiesta… Sentía mucha rabia y siempre decía: “Cuando sea mayor, iré a todos lados con mis amigas”. 
   Mi deseo era ser mayor, poder salir con mis amigas sin que solamente consistiera en estar en el parque. Vamos, ir de fiesta. Todo lo que hacía mi hermana quería hacerlo yo. Y en mis aburrimientos lo único que decía era “¿Mami, a qué juego? No sé qué hacer”… Y ahí era cuando i madre me decía: “Yo, de pequeña, siempre estaba haciendo algo, jugando a la rayuela, a la comba, al escondite, o si no ¡juega con tus juguetes!.” 
   Pero mi deseo era ser mayor. De grande iba a ser de todo: psicóloga, maestra, cuidadora de bebés, veterinaria… solía decir que iba a ser multiusos y que, con tanto trabajo, no podría ni dormir, siempre estaría ocupada, por las mañanas trabajando de una cosa, por las tardes de otra, hasta por la noche trabajaría… No tendría tiempo para nada. 
   Decía que todas las niñas que conocía eran mis amigas, a todas las quería mucho y decía que siempre estaríamos juntas y todas esas cosas que dices cuando eres pequeña y no sabes todavía cómo es la vida y que las personas cambian. Todo era de colores brillantes, era un mundo de ilusión y, de todo lo que hacías o decías, alguien te reía la gracia aunque no tuviera ni pizca. Siempre eras la favorita de alguien, tus padres te amaban con todas sus fuerzas, eras su pequeña, ¿cómo no te iban a querer? Y bueno, ¿qué decir de nuestros abuelos? Esos “viejecitos” que siempre estaban ahí para defenderte ante tu madre, nuestros segundos padres, que nos consentían todos nuestros caprichos, los que nos compraban chuches, los que nos hacían sus comidas que tantos nos gustaban, los que nos daban esas moneditas para comprarnos un helado que tan feliz nos hacía…
   Pero ¿y qué me dices de ahora? Ahora nos estamos haciendo mayores y dime… ¿te gusta ser mayor? ¿O ahora preferirías ser la misma pequeña de antes? Pues, la verdad, a mí ahora que me estoy haciendo adulta, que mi vida depende del camino que yo elija, y todo eso, ya no me gusta nada. Ahora todos esos amigos que decías que “siempre estarían contigo”, ¿siguen ahí? Ahora no puedes confiar en casi nadie y, contando con una mano, te sobran los amigos verdaderos. Todos los días tú estás para lo bueno y para lo malo y para lo peor, pero ellos ¿están ahí cuando de verdad los necesitas? Pues ya te lo respondo yo: no todos están ahí, sólo unos cuantos. Muchos buscarán excusas cuando te sientas mal, necesites ayuda, te sientas sola… Algunos estarán ausentes para ti, y muy pocos serán los que estén realmente contigo para ayudarte. En cambio, todos te pedirán ayuda y tú volverás a creer que sí, que son verdaderos amigos y tú los volverás a ayudar una y otra vez hasta que abras los ojos, y te des cuenta de que a eso se les llama “amigos de conveniencia de hoy te quiero y mañana te defraudo…”
   Pero dime cómo te sientes cuando tus preocupaciones, en vez de ser los juguetes, se convierten en algún chico que te gusta y no te hace caso, no quiere estar contigo o directamente no te atreves ni a decirle que te gusta y eso… ¿Realmente de pequeña hubieras querido cambiar tus muñecos y preocupaciones por chicos? Y ahora ya no se trata de tus juguetes, sino que se trata de no ser ningún juguete para nadie y que no te utilicen… 
   Y bueno, ¿qué decir de todos esos maravillosos trabajos que ibas a tener de mayor?  Ahora estás estresada, sin poder salir tanto con tus amigas como tanto deseabas. Ahora estás amargada por intentar sacarte los estudios mínimos por lo menos y con buena nota. Ahora no es sólo pintar y no salirte de los bordes, ahora es pasar horas y horas estudiando e intentando distraerte lo menos posible para poder estudiar al máximo y que al día siguiente, en el examen, no te quedes bloqueada... 
   Pero y lo peor… tú dime si esas maravillosas navidades, cuando antes sólo querías que vinieran los Reyes Magos y Papá Noel... ahora ¿las navidades son las mismas cuando hay ausencias en la mesa? Cuando, por desgracia ya no están esos “viejecitos” que nos hacían tan felices y nos consentían en todo, ahora que ya no están o están yéndose… ¿eres tan feliz? Aunque sea ley de vida, duele. Ya esas Navidades no son iguales cuando empiezan a faltar seres queridos. 
   Yo daría lo que fuera por volver a ser esa niña pequeña tan feliz que lo tenía todo, pero esta vida es así y es la que nos ha tocado vivir… Y bueno, yo solo digo que eso de ser la más feliz del mundo y desear ser mayor ha cambiado: ahora desearía ser esa niña que lo tenía todo pero en aquel tiempo siempre estaba en movimiento, y no me daba cuenta de nada… Ahora sólo digo que “tiempo al tiempo y cada cosa en su momento”.

Y aquí os ofrecemos igualmente una de las fotos promocionales de la obra de teatro que representaremos este fin de curso: Los figurantes


La función tentrá lugar el miércoles 24 de junio, a partir de las 20:00 horas, en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Pulianas.

¡Seguiremos informando! 

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