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jueves, 17 de marzo de 2011

CUANDO HABLES,
PROCURA QUE TUS PALABRAS
SEAN MEJORES QUE EL SILENCIO.
(PROVERBIO INDIO)

De nuevo con vosotros, gente lectora.

En esta ocasión os ofrecemos el cuento que ha servido como base para la libérrima adaptación que de él ha realizado el alumnado de Plan Lector de 1º de ESO.

Se trata de un relato perteneciente la cultura tibetana.

LOS CUATRO MONJES

Cuatro monjes se retiraron a un monasterio en la cima de una alejada montaña, para llevar a cabo un entrenamiento espiritual intensivo. Se establecieron en sus celdas, pidieron que nadie les molestase a lo largo de los siete días de retiro y se autoimpusieron el voto de silencio durante esas jornadas. Bajo ningún concepto despegarían los labios. Un novicio les serviría esos días como asistente.

Llegó la primera noche y los cuatro monjes acudieron al santuario a meditar. El silencio era impresionante. Ardían vacilantes las lamparillas de manteca de yak y olía a incienso. Los monjes se sentaron en meditación.

Transcurrieron dos horas y de repente pareció que una de las lamparillas iba a apagarse. Uno de los monjes, dirigiéndose al asistente, dijo:

- Estate atento, muchachito, no vayas a dejar que la lamparilla se apague.

Entonces, uno de los otros tres monjes le llamó la atención:

- No olvides que no hay que hablar durante siete días y menos en la sala de meditación.

Indignado, otro de los monjes dijo:

- ¡Parece mentira! ¿No recordáis que habéis hecho voto de silencio?

Entonces, el cuarto monje miró recriminatoriamente a sus compañeros y exclamó:

- ¡Qué lástima! Soy el único que observa el voto de silencio.

Y, ahora, en exclusiva, la versión "cutrecuento": El silencio.

¡Hasta pronto!


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