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jueves, 20 de septiembre de 2012


UNO SE PIERDE MUCHAS RISAS
POR NO REÍRSE DE SÍ MISMO.
(SARA JEANNETTE DUNCAN)

Y, curiosamente, coincidiendo con el inicio del curso, llegamos al final de nuestro Anfitrión. El acto XI, a modo de epílogo, fue también creado expresamente para nuestra representación. Ambientado una vez más en el Olimpo, los dioses y diosas son testigos de la reprimenda de Hera (María Linares) hacia su esposo Zeus (Raúl Páramos). Sobre el escenario nos encontramos con Atenea (Laura Moreno), Diana (Miriam Ríos), Venus (Victoria Huertas), las tres Musas (María García, Marta Marruecos y Laura Medina), Apolo (Ángel Molina) y Mercurio (Antonio Rodríguez). Este último tendrá, además, la misión de dirigirse al público para poner punto y final a la obra, apelando a su magnanimidad y pidiendo el aplauso.

Ahora, a pensar en la obra de este año. Ya hay ideas...

¡Buen comienzo de curso!  

martes, 11 de septiembre de 2012






UNA GRAN SONRISA ES UN BELLO ROSTRO DE GIGANTE.
(CHARLES BAUDELAIRE)

Festival de fotografías para describir el acto X (en la obra original el último, no así en nuestra adaptación).

De igual manera que en el texto en el que nos inspiramos, se trata de un acto muy complejo tanto por su duración como por su continuo entrar y salir de personajes. Todo esto se intentará explicar a partir de las cinco fotografías.

Fotografía 1: El general Anfitrión (Adrián Muñoz) intenta por enésima vez entrar en su hogar. Y, de nuevo, el dios Mercurio (Antonio Rodríguez), bajo la apariencia del esclavo Sosias, se lo impide a base de insultos y mamporros.

Fotografía 2: Mercurio vuelve al interior de la casa y es entonces cuando, en escena, aparece el verdadero Sosias (Nathan Pajares) acompañado del poeta Orfeo (Christian Pérez). Desconcertado y sumamente enojado, Anfitrión la emprende a golpes con su esclavo mientras el poeta intenta que la sangre no llegue al río.

Fotografía 3: A punto de poner el pie en su domicilio, Anfitrión es detenido violentamente por el dios Zeus (Raúl Páramos), que se mantiene bajo la apariencia del militar. El desconcierto de todos los presentes es demencial al contemplar, cara a cara, a dos Anfitriones. El singular duelo acabará con el verdadero Anfitrión tirado por los suelos a causa de un fulminante rayo del dios.

Fotografía 4: Después de ser socorrido por las parteras Bromia y Briontes (Andrea Cámara y Coraima Oliva), el general Anfitrión escuchará de sus bocas cómo Alcmena ha parido milagrosamente a dos niños muy distintos (uno de ellos Hércules, hijo de Zeus, el cual ya ha llevado a cabo en la cuna alguna que otra acción heroica).

Fotografía 5: Anfitrión por fin comprende que ha sido víctima de los ardides del poderoso Zeus y acepta con resignación la cornamenta divina. Así que se reconcilia con su esposa Alcmena (Tatiana Heredia) ante la todavía asombrada mirada de la servidumbre (incluidas Medusa -Carla Muñoz- y Gorgona -Eva María Márquez-).

La próxima semana, y coincidiendo con el inicio del curso, pondremos punto y final a esta serie de entradas mediante el epílogo que se creó para la representación.

¡Hasta ya!

miércoles, 5 de septiembre de 2012


QUIEN NO SABE SONREÍR, NO ES PERSONA SERIA.
(LUIS ORIONE)

Llegó el momento del acto IX, que aunque no es el final de la obra sí fue el último en ser escrito: otra escena creada expresamente para nuestra versión del Anfitrión, de Plauto.
Si hubiera que denominarlo de alguna forma, sería con el apelativo del "acto de la servidumbre", dado que se desarrolla en las dependencias de los esclavos de la casa del general tebano. Allí las parteras Bromia y Briontes (Andrea Cámara y Coraima Oliva) esperan el momento de atender a Alcmena mientras las esclavas Medusa y Gorgona (Carla Muñoz y Eva María Márquez) muestran su nerviosismo por el desarrollo de los acontecimientos. Y esto es lo que refleja la primera imagen.

En la segunda fotografía, el esclavo Sosias (Nathan Pajares) se une a sus compañeras para merendar, momento que las diosas Venus (Victoria Huertas) y Diana (Miriam Ríos), invisibles a los ojos de los humanos, aprovechan para incordiar con pesadas bromas a los esclavos.

La próxima semana, el acto X... ¡el desenlace!

Ya va quedando menos tiempo de ocio puro y duro.