UNA GRAN SONRISA ES UN BELLO ROSTRO DE GIGANTE.
(CHARLES BAUDELAIRE)
Festival de fotografías para describir el acto X (en la obra original el último, no así en nuestra adaptación).
De igual manera que en el texto en el que nos inspiramos, se trata de un acto muy complejo tanto por su duración como por su continuo entrar y salir de personajes. Todo esto se intentará explicar a partir de las cinco fotografías.
Fotografía 1: El general Anfitrión (Adrián Muñoz) intenta por enésima vez entrar en su hogar. Y, de nuevo, el dios Mercurio (Antonio Rodríguez), bajo la apariencia del esclavo Sosias, se lo impide a base de insultos y mamporros.
Fotografía 2: Mercurio vuelve al interior de la casa y es entonces cuando, en escena, aparece el verdadero Sosias (Nathan Pajares) acompañado del poeta Orfeo (Christian Pérez). Desconcertado y sumamente enojado, Anfitrión la emprende a golpes con su esclavo mientras el poeta intenta que la sangre no llegue al río.
Fotografía 3: A punto de poner el pie en su domicilio, Anfitrión es detenido violentamente por el dios Zeus (Raúl Páramos), que se mantiene bajo la apariencia del militar. El desconcierto de todos los presentes es demencial al contemplar, cara a cara, a dos Anfitriones. El singular duelo acabará con el verdadero Anfitrión tirado por los suelos a causa de un fulminante rayo del dios.
Fotografía 4: Después de ser socorrido por las parteras Bromia y Briontes (Andrea Cámara y Coraima Oliva), el general Anfitrión escuchará de sus bocas cómo Alcmena ha parido milagrosamente a dos niños muy distintos (uno de ellos Hércules, hijo de Zeus, el cual ya ha llevado a cabo en la cuna alguna que otra acción heroica).
Fotografía 5: Anfitrión por fin comprende que ha sido víctima de los ardides del poderoso Zeus y acepta con resignación la cornamenta divina. Así que se reconcilia con su esposa Alcmena (Tatiana Heredia) ante la todavía asombrada mirada de la servidumbre (incluidas Medusa -Carla Muñoz- y Gorgona -Eva María Márquez-).
La próxima semana, y coincidiendo con el inicio del curso, pondremos punto y final a esta serie de entradas mediante el epílogo que se creó para la representación.
¡Hasta ya!