LA RISA NO ES UN MAL COMIENZO PARA LA AMISTAD.
Y ESTÁ LEJOS DE SER UN MAL FINAL.
(OSCAR WILDE)
Una ración del acto VI para hoy, acto que podemos considerar el germen de la muy personal adaptación del Anfitrión de Plauto, con lo cual ya se sugiere que esta escena no aparece en la versión original. Pero vayamos por partes: hemos vuelto al Olimpo y, mientras Zeus descansa, los dioses y las diosas deciden realizar un ritual que confirmen las sospechas de adulterio que atenazan a Hera.
Fotografía 1: Mercurio (Antonio Rodríguez) vela, con gesto de enorme aburrimiento, a su padre Zeus Tonante-Tunante (Raúl Páramos) mientras el padre de los dioses recarga la energía necesaria que le ayude a mantener en activo su portentosa virilidad.
Fotografía 2: He aquí el ya mencionado germen de la obra. A instancias de Hera (María Linares), Mercurio entra en trance ayudado por Sibila (María Durán), Atenea y las Musas (en la imagen, María García). Diana (Miriam Ríos), Venus (Victoria Huertas) y Apolo observan atentos el ceremonial rodeando a Zeus. El gesto de Mercurio refleja su esforzada entonación del tema Banana Beat, de Harry Belafonte (con su posterior coreografía). La escena es un homenaje a la película Bitelchús, de Tim Burton, durante cuyo visionado tuvimos claro que, en la obra que representáramos, incluiríamos este momento-posesión.
Fotografía 3: El oráculo ha sido diáfano y se confirma que Alcmena parirá dos hijos: uno de Anfitrión y otro de Zeus. Apolo (Ángel Molina), Atenea (Laura Moreno) y Sibila atienden a las resignadas palabras que Hera dirige a Mercurio.
En unos días, más.
Ay, que ya estamos en el tramo final de las vacaciones...